El destacado rol femenino en la lucha por la libertad y la defensa por los derechos humanos comenzó inmediatamente cuando se llevaron a sus esposos, padres y hermanos. Sobrevivir en vez de vivir se convirtió en el principal objetivo de miles de mujeres de Chile que sufrieron las consecuencias de la dictadura.
Las que participaron activa y clandestinamente en los partidos y colectivos políticos, sabían muy bien que lo que estaba en juego no era algo material ni superficial, si no que era su propia vida apostadas al combate de la libertad.
“Hay que recordar que muchas mujeres luchadoras dejaron sus sueños, su casa, todo por terminar con la dictadura cívico militar. La mujer fue la primera en salir a la calle, recordemos a esas valiosas mujeres de las ollas comunes que se organizaban en las poblaciones para mantener la alimentación de los niños, de la gente que quedaba al desamparo porque en ese tiempo estaban todos presos, estaban ejecutados y estaban relegados en los lugares más lejanos de nuestro país” señala Alicia Lira – presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP).
Paulina Aguirre Tobar es claro ejemplo de ello. Fue una joven liceana de 20 años asesinada en un falso enfrentamiento a manos de la CNI en el sector de El Arrayán el 29 de marzo de 1985, el mismo día que los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo. Era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y vivía en un círculo de constante represión hacia sus familiares. Su padre Luis, fue torturado y exiliado en Francia, y su madre María Eugenia, en Suecia. Esa herencia de lucha significó para ella comenzar a militar a los 14 años en el MIR y seis años mas tarde, entregar su vida por un “Chile Libre”.
La impunidad estuvo presente 20 años, hasta que en julio de 2005, la justicia condenó a una pena de 3 años al suboficial de la Fuerza Aérea, Alejandro Astudillo Adonis y a 5 años y un día al ex director de la Central Nacional de Informaciones (CNI) Álvaro Corbalán Castilla, al oficial del Ejército y ex CNI Jorge Andrade Gómez, y el oficial de Carabineros Miguel Soto Duarte. Fue este último quien disparó las balas que mataron a la estudiante.
“Hoy Paulina me acompaña, me da fuerza. Yo era el ejemplo de ella antes; ahora ella es mi ejemplo” señala su padre Luis.
Foto: Archivo MMDH
29 marzo, 2017