A 53 años de su muerte, Violeta Parra sigue viva en la cultura nacional. La cantautora chilena no solo dejó un reconocido repertorio de canciones como ‘‘Rin del angelito’’ ‘‘Gracias a la vida’’ o ‘‘Volver a los diecisiete’’, sino que también revivió el folclor nacional e incursionó en la poesía, la pintura y el bordado, creando obras que lograron retratar una realidad social chilena que nadie había mostrado antes al mundo.
Influenciada por su padre, desde muy pequeña sintió afición por la música, instaurando en Chile la denominada ‘‘música popular’’, al recolectar y revivir canciones tradicionales del campo. Así, recorrió centro y sur del país, rescatando esas canciones anónimas y agregándoles un ritmo propio del folclor nacional con instrumentos como la guitarra y las zampoñas.
Con Violeta Parra también nació la “Nueva canción chilena”, un movimiento masivo de renovación y recuperación folclórica que agregó características propias de la música continental, incorporando instrumentos y ritmos de toda el área hispanoamericana. Este fenómeno tuvo un fuerte compromiso con el proceso de cambios sociales que vivía Chile en los años sesenta y setenta. Sin embargo, producto del exilio luego del golpe de estado de 1973, el movimiento siguió desarrollándose en el extranjero debido a la represión. De esta forma, muchos de los grandes conjuntos y cantautores de las últimas décadas en Chile como Inti Illimani, Quilapayún, Víctor Jara, Rolando Alarcón y Mauricio Redolés tienen el legado de Violeta.
En la misma línea artística, Violeta Parra también destacó en las artes plásticas, elaborando pinturas antropomorfas que se caracterizaban por los colores fuertes. Una de sus pinturas más conocidas fue “Velorio de Angelito’’, del año 1964, que representa una tradición muy común de la cultura campesina de esos años, que consistía en velar a los bebes fallecidos vestidos de ángeles.
El bordado también fue parte de la vida de Violeta, quien a través de distintas arpilleras retrató escenas de la vida campesina, hechos históricos de Chile y escribió versos de sus canciones. Tras cuatro años dedicándose a esto, en 1964, tuvo la oportunidad de organizar una exposición individual de su obra en el Museo de Louvre, siendo la primera realizada por un artista latinoamericana. En esa ocasión, pudo presentar distintas arpilleras, pinturas al óleo sobre tela y esculturas en alambre.
La memoria de Violeta Parra continúa inspirando las creaciones de las nuevas generaciones de artistas, siendo un referente cultural y social en Latinoamérica. Fue una gran divulgadora de la música popular quien cogió la guitarra desde joven, convirtiéndose en una activista y revolucionaria que luchó contra la opresión a su pueblo a través de sus canciones. Compuso alrededor de 128 canciones, además de 13 arpilleras, 24 pinturas al óleo y 10 en papel maché. Como poeta y escritora alcanzó a publicar veintitrés libros.
Actualmente, el Museo Violeta Parra, inaugurado en 2015, busca conservar y promover la obra de la artista chilena, exhibiendo las arpilleras, esculturas, obras de papel maché y pinturas de la cantautora, además de documentación, fotos y material audiovisual. Asimismo, el museo cumple un rol educativo importante, involucrando a la comunidad con la historia y obra de Violeta para que su legado siga trascendiendo generaciones.
5 febrero, 2020