Discurso de Francisco Estévez, Director Ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, con motivo del 10° Aniversario de la institución.
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Hace 10 años se abrieron las puertas de este Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Su misión era dar cuenta de manera fidedigna de las violaciones a los derechos humanos cometidas en el tiempo histórico que va entre el Golpe Civil Militar del 11 de septiembre de 1973 y el fin de la dictadura de Pinochet. Aquí debo reconocer el trabajo hecho desde el año 2010, e incluso antes, por María Luisa Sepúlveda , Marcia Scantlebury, las y los integrantes del directorio de la Fundación y todo el equipo de profesionales que han hecho posible la existencia de este Museo.
El relato que este Museo exhibe en su museografía se sostiene rigurosamente en la verdad. Digan lo que digan los negacionistas, aquí está la verdad de cómo un régimen de terrorismo de Estado violó masiva, grave y sistemáticamente los derechos humanos en Chile. Y este relato de la verdad está documentado en los registros del Museo: un archivo de la memoria que es patrimonio de la humanidad. Cumplimos así con el deber de recordar que es un mandato de Naciones Unidas establecido en los principios contra la impunidad.
Son 3225 personas ejecutadas y detenidas desaparecidas… Son víctimas … Pero cuando uno ve sus rostros en este Museo también ve en ellas y ellos personas comprometidas con sueños de justicia y militancias transformadoras de las causas de la injusticia.
Frente a ustedes vengo a reafirmar una consecuencia de principios de este Museo con el “Nunca Más!” Esto es: el rechazo a priori del golpe de Estado o del copamiento militar del Estado como forma de resolver las crisis políticas en democracia, y es una afirmación irrenunciable de que jamás el Estado puede recurrir a los aparatos militares, policiales o judiciales para perseguir las libertades ciudadanas y reprimir, con la tortura, el asesinato, el exilio o la prisión a disidentes, calificados de “enemigos de la nación” o un “peligro para el orden social.”
Frente a ustedes, con toda la responsabilidad que ello implica, sostenemos que nuestro compromiso ético fundacional como Museo nos exige asumir una posición activa de defensa y promoción de los derechos humanos también ahora, en el tiempo presente.
Por ello, el Museo junto al “Nunca Más” también levanta el lema del “Más que Nunca”. En democracia más que nunca la sociedad debe exigir la plena vigencia de los derechos humanos. Los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Los derechos autonómicos de los pueblos indígenas; los derechos identitarios de las y los migrantes, los derechos de liberación feminista de las mujeres.
Frente a ustedes, con toda la responsabilidad que ello implica, condenamos las graves violaciones a los derechos humanos que se han cometido por el Estado en la represión del estallido social. Por ello en el espacio Museo desde el 18 de octubre del año pasado han tenido lugar actividades muy significativas como los cabildos – destaco aquí el cabildo de niñas y niños y el cabildo de salud mental- así como el multitudinario acto de las tesis en el día internacional contra la violencia de la mujer. Y si entran a la exposición del museo ahí les espera un gran lienzo, donde se bordaron ojos, muchos ojos, lastimados, heridos, perdidos a causa de una represión sistemática.
El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos se define contra la violencia y a favor de la no violencia activa.
Lo anterior nos conduce necesariamente a una significación distinta del valor de la memoria. La experiencia de venir al Museo y más ampliamente la experiencia de todo el trabajo del Museo debe permitirnos superar la distancia entre la demanda por verdad, la justicia y los derechos humanos de una época pasada y su realidad actual.
El Museo como espacio reflexivo, comunicacional, educativo, estético y archivístico sobre la memoria y los derechos humanos se reconoce como parte de una fraternidad amplia de sitios, memoriales y otras iniciativas de memoria cuya pertenencia simbólica les corresponde a las y los ciudadanos de la memoria.
Con este título – ciudadanas y ciudadanos de la memoria – les nombramos a cada uno de ustedes Con este título reconocemos a todas las personas, chilenos o extranjeros, cualesquiera sean su edad o sexo o religión o etnia o posición política o proveniencia social, que ejercen como derecho imprescriptible conocer la verdad, defender la justicia y condenar los crímenes contra los derechos humanos en Chile, en América Latina y el mundo
Porque el valor de la memoria solo perdura en las causas justas.
Gracias, gracias, por estar aquí… en este espacio que les pertenece como ciudadanas y ciudadanos de la memoria y los derechos humanos.
14 enero, 2020