El proyecto «Residencias de la Memoria» es una iniciativa del Museo de la Memoria y los Humanos Derechos y el World University Service, Alemania, que busca replicar el ejercicio de memoria originado en Alemania, a través de las Stolpelsteine que reconocen las residencia de los judíos que sufrieron persecución, y que a diferencia de otras huellas de memoria rescata el lugar de vida de las victimas, donde crecieron, compartieron historias y muchos formaron familia.
Este ejercicio de memoria permite, mediante la colocación de una placa conmemorativa en las veredas de las residencias, dignificar la vida de los ciudadanos víctimas de violaciones de derechos humanos durante la dictadura en Chile entre 1973 y 1990, como lugares simbólicos del recuerdo y la reflexión del nunca más.
Experiencia piloto
Durante el 2017 se llevó a cabo un proyecto piloto en la comuna de Limache, en la Región de Valparaíso, financiado por el World University Service Alemán y el Gobierno de Hessen de Alemania, permitiendo identificar e instalar las primeras placas que recuerdan el último lugar de residencia de los detenidos desaparecidos: Jaime Aldoney Vargas, Arturo Loo Prado, Carlos Vargas Arancibia y Jorge Villarroel Vilches; y del ejecutado político Oscar Farías Urzua.
En la comuna de Limache, tal como en otras localidades agroindustriales de la región de Valparaíso, existieron numerosos casos de violaciones a los derechos humanos. La persecución fue encauzada contra el fuerte movimiento obrero que existía al alero de la fábrica de cerveza CCU, la empresa conservera Parma, y la industria de alimentos Purina, todas intervenidas por el Estado antes de 1973.
La ejecución del proyecto tuvo una duración de siete meses a través de una investigadora de la comuna de Limache y un Embajador de la Memoria, título que fue otorgado por el Museo para apoyar el vínculo con el medio y los actores relevantes de la comunidad para la adecuada concientización del proyecto en la localidad y sus vecinos.
Durante la investigación se localizaron las cinco residencias correspondientes al total de víctimas de la dictadura en Limache. Luego se trabajó con los actuales dueños de cada vivienda, entendiendo que muchas de ellas ya no pertenecían a las familias de las víctimas.
Además, se trabajó con las propias familias para contener el proceso de reparación ciudadana, y se realizaron los contactos necesarios para que las autoridades locales autorizaran el proceso intervención de las veredas, ya que se tratan de espacios públicos.
El cierre del proyecto consistió en una procesión con familiares, vecinos y autoridades a cada una de las placas, con el fin de asegurar la apropiación y sostenibilidad del proyecto en el lugar.
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19 enero, 2018